Naoya Inoue defendió sus cinturones mundiales, sigue invicto y volvió a demostrar por qué es el Monstruo :: Olé

Al igual que en los clásicos cinematográficos de terror japonés, en el boxeo hay un monstruo gigantesco al acecho. Ese es Naoya Inoue (32-0, 27 KO), que no por nada se ganó el apodo y se encarga de revalidarlo cada vez que entra al ring: en Riad, Arabia Saudita, volvió a exponer sus cinturones mundiales del peso supergallo y venció al mexicano Alan Picasso (32-1-1, 17 KO) en las tarjetas. Así, amplió su récord, mantuvo el invicto y prolongó su reinado.

Aunque hizo méritos para ganar en el transcurso de los 12 rounds, el nipón no consiguió tumbar a su adversario y tuvo que esperar a la decisión de los jueces, que fue unánime en su favor (120-108, 119-109 y 117-111). Pudo festejar y, como desde hace años, posar con cinturón, pero se quedó con bronca…

“Sin faltarle el respeto a Picasso, me hubiera gustado demostrar de manera más clara la diferencia que hay entre nosotros y haberlo derribado. No cumplí las expectativas”, deslizó Inoue. Lo del mexicano fue más que meritorio, ya que fue uno de los cinco adversarios que logró terminar la pelea de pie.

Analizando su temporada, el Monstruo dijo estar “cansado” por lo mucho que tuvo que trabajar para sus cuatro batallas del 2025. Aun así, le insistieron para que hablara de sus planes futuros y dejó unas palabras que entusiasmaron al boxeo mundial y especialmente al japonés…

Al ser consultado por cuándo pelearía con Junto Nakatani (32-0, 2 KO), compatriota que en esta misma velada derrotó al mexicano Sebastián Hernández por los puntos, y dejó la puerta abierta: “Me gustaría cerrar una pelea que entusiasme a todo Japón”.